El panorama de la animación para adultos ha tomado un nuevo rumbo en los últimos años, gracias a formatos antológicos audaces y visualmente impresionantes como Love, Death & Robots en Netflix o más recientemente Secret Level en Prime Video.
Imaginen por un momento: un episodio de Love, Death & Robots o de Secret Level con el toque visual y narrativo de Ankama Animations. Esta idea, aunque hipotética, es tentadora. Ankama ha demostrado a lo largo de los años que domina el arte de combinar estéticas vibrantes, relatos épicos y un toque de humor inimitable. Entonces, ¿por qué no soñar con una colaboración con estas antologías animadas que empujan los límites de la creatividad?
Love, Death & Robots, con sus episodios autoconclusivos que exploran la ciencia ficción, el horror y la fantasía, es un escaparate ideal para la diversidad de estilos de animación. Cada episodio es un lienzo en blanco dado a estudios de todo el mundo, desde Blur Studio hasta equipos más independientes. Ankama, con su estilo inspirado en el manga pero profundamente arraigado en su propia identidad, podría aportar una frescura única. Piensen en los paisajes oníricos del Mundo de los Doce, los colores vibrantes y los diseños de personajes que oscilan entre la elegancia y la excentricidad. Un episodio dirigido por Ankama podría sumergirnos en una fábula futurista donde deidades steampunk se enfrentan en un universo en la encrucijada de Wakfu y Blade Runner.
Ahora, esto es exactamente lo que buscan Love, Death & Robots y Secret Level: una diversidad de estilos, géneros y tonos, llevados por talentos de la animación de diferentes horizontes.
Por su parte, Secret Level, que adapta universos de videojuegos en cortometrajes animados, ofrece un campo de juego igualmente emocionante. Ankama ya ha demostrado con Dofus: Libro 1 – Julith su capacidad para crear relatos inmersivos extraídos de su propio universo videolúdico. ¿Por qué no imaginar un episodio inspirado en un juego ficticio o incluso en un título existente, reinterpretado al estilo Ankama? ¿Qué forma tendría? ¿Sería una historia ambientada en un rincón inexplorado del Krosmoz, accesible sin conocimientos previos, ofreciendo una faceta más madura u horrifica de este universo? Especialmente desde que Ankama intentará con una miniserie Morshiken (programada para su lanzamiento este año en YouTube) que no rompe los códigos de la animación, pero que tiene como objetivo “romper la cuarta pared” como Deadpool. ¿O quizás una historia completamente original, creada específicamente para la antología, permitiendo a Ankama experimentar con un nuevo género mientras conserva su estilo gráfico único? Un episodio dirigido por Ankama podría explorar una leyenda olvidada, el destino trágico de un personaje secundario, una escena de batalla extremadamente estilizada, o incluso una simple y poética o salvaje rebanada de vida en un entorno inusual, todo con esa fluidez de animación y dirección artística que es única de ellos. Sería un escaparate excepcional para el estudio francés a escala mundial, colocándolo junto a gigantes de la animación y talentos emergentes.
Lo que hace que Love, Death & Robots y Secret Level sean tan cautivadores son sus historias condensadas, a menudo provocativas, que mezclan acción, emoción y giros inesperados. Ankama sobresale en este ámbito. Sus series como Wakfu saben cómo equilibrar narrativas épicas con momentos de intimidad, mientras deslizan temas profundos bajo apariencias accesibles. Ya hemos sido gratificados con OVA para Wakfu como Ogrest, la leyenda o Noximilien el relojero con historias muy oscuras que hacen reflexionar, no obstante, la DA de estos OVA había sido delegada a otros estudios (japoneses por ejemplo). La nueva serie de Ankama en el universo de Dofus, Welsh & Shedar, volverá en 2026, después de que el proyecto fuera abandonado en 2012. Esta será dirigida por un estudio japonés, pero escrita y producida por el estudio francés. La serie adoptará una DA de anime típicamente japonesa.
Ankama no es un gigante como Pixar o DreamWorks, y es precisamente eso lo que lo hace un candidato perfecto para estas antologías. Love, Death & Robots y Secret Level valoran las voces únicas, aquellas que se atreven a salir de los caminos trillados. El estudio de Roubaix, con su ADN independiente y su comunidad de fans apasionados, podría aportar una perspectiva europea bienvenida en estas series dominadas por estudios anglosajones o asiáticos.
Los episodios, que van de 5 a 17 minutos, van desde la 2D clásica hasta la 3D fotorrealista. Esto sugiere costos muy variables por episodio, probablemente entre $500,000 y varios millones de dólares por episodio, dependiendo de la complejidad de la animación y el estudio involucrado. Por ejemplo, episodios fotorrealistas como Beyond the Aquila Rift requieren recursos técnicos significativos, mientras que los episodios en 2D, como Zima Blue, podrían ser menos costosos.
Por supuesto, esto es solo un sueño, una idea lanzada al papel. Las limitaciones de producción, los horarios y las oportunidades reales son factores que hacen que un proyecto así sea complejo de lograr. Pero el ejercicio de pensar en esta potencial colaboración es estimulante en sí mismo. Ningún comunicado anuncia tal colaboración, y Ankama probablemente esté ocupado desarrollando sus propios proyectos, como la quinta temporada de Wakfu o nuevas series. Sin embargo, la idea de un episodio firmado por Ankama en Love, Death & Robots o Secret Level es demasiado seductora para no ser compartida. Estas series prosperan gracias a su capacidad para sorprender, para casar visiones artísticas audaces con historias que dejan huella. Ankama, con su rico universo y saber hacer, tiene todo para dejar una huella memorable.
Así que, para ustedes, Tim Miller, David Fincher y Netflix, o Amazon Prime Video: ¿qué tal si le dan una oportunidad a Ankama? Un episodio de 15 minutos podría ser suficiente para emocionar a millones de espectadores y demostrar, una vez más, que la animación francesa tiene su lugar entre los más grandes. Ver a Ankama aparecer en los créditos de un episodio sería un evento destacado. Esperemos que, quizás algún día, esta simple idea pueda abrirse camino y concretarse en la pantalla. El potencial creativo es inmenso.